Me pregunté,
con mucha fuerza me pregunté, cuán enterradas
en la conciencia colectiva están esas
ideas de que cuanto más trabajes, mejor persona serás; cuanto más consientas a
tus hijos, mejor padre te volverás y otras barbaridades que, de tanto cuestionarme, me vi, de pronto, a metros de profundidad
bajo tierra, cayendo por un túnel que parecía no tener fin.
Allí abajo
me encontré con viejos familiares y amigos que me recibieron con un gran
banquete de bienvenida al creer que por fin comulgaría con ellos y sus arraigadas creencias morales.
A la salida
me cobraron la comida y dos multas, una por disturbio en propiedad privada y
otra por haber bajado tanto sin arnés reglamentario.
Que si no comes la papa viene el coco.
ResponderEliminar