miércoles, 20 de agosto de 2014

Bye-bye Wonder

De las casi ninguna bici que tuve, la Wonder fue la que mejor me quedaba. Azul con un 'wonder' en rojo, a lo mujer maravilla, como lo que queda de mi bolsito Vespa. Asiento incómodo, pintura algo gastada, ruedas intactas, cambios duros pero aún obedientes. La vi con un cartelito de 'se vende' en la puerta de una zapatería: '900 pe', presumía; arreglamos por 700. Éramos la una para la otra, o eso me gustaba creer.
Una tarde fui al departamento de mi única amiga colorada y la dupla Wonder & Moli se acabó. Ella me esperaba atada a un cartel de parquímetro sin saber que más tarde un atrevido le cortaría su collar plateado y la llevaría lejos de mí y mis besitos de 'esperame acá'. Pobrecita, la imagino resistiéndose y me lleno de impotencia. Yo sé que luchaste por quedarte y como dice el Ricky: aún yo te recuerdo.
La sorpresa vino primero, la incertidumbre después, por último el dolor. Stefanía bajó a despedirme y un beso y portazo más tarde, me acerqué al cartel y quedé paralizada.
Qué boluda, otra vez me olvido de dónde dejo la ...No, no pará. Yo la dejé acá. No te puedo creer,  me robaron. ¿Y ahora? En la vereda de enfrente había una obra, los obreros me miraban, por la vereda circulaba gente apurada, todos sonreían, algunos caminaban wasapeando, quizás organizando una pedaleada vespertina. En ese momento todos tenían bicis y eran felices, todos menos yo, la robada.
De inmediato saqué el celular del bolso, fingí buscar un número mientras calculaba mi próximo movimiento. Mirar y no mirar el celular es mi standby más efectivo, el margen donde pienso, decido, tomo carrera; funciona siempre.
¿Qué se hace cuando te roban así, a tus espaldas? Porque claro, de haberla tenido puesta -andando- hubiese, cuanto menos, gritado. Pero ahora nadie sabe de mi desgracia y si bien tengo el celular en mano y no paro de comerme la uña del anular -la más curtida-, mis ojos están en el cartel, revisando la escena del crimen sin encontrar una puta evidencia.
¿Llamo a alguien? ¿Lo tuiteo? La policía acá no aplica, ¿no? No, casi nunca lo hace. ¿Le cuento a mamá? Es la hora de la siesta. Pero bueno esto es un robo, amerita una interrupción. Primero camino y salgo de acá, que seguro ya todos me están viendo la cara de robada. Ya sé, voy al kiosko, tengo que cargar la tarjeta del bondi. Mierda, me robaron. Sigo cayendo, ya empiezo a sufrir.
Le mandé un mensaje a Stefanía para contarle y, como era de suponer, me llamó. 'Ay manita no sé que decirte, me siento re mal'. Su vocecita de muñeca ahora cargaba una culpa absurda. 'Vos no me la robaste boluda, todo bien, te contaba nomás'. Igual la entiendo, yo también me hubiera sentido mal, en nombre de su barrio que no es barrio. En el centro no se habla de barrios sino de zonas. Su zona la hacía quedar mal, de ahí la culpa, supongo.
Caminé a la parada de mi querido 112. Demoró más que nunca, supuse que era su forma de celarme. Cuando por fin llegó -obviamente sin asiento libre- me subí y agarré fuerte de su baranda, caño, como mejor suene. Apretaba con fuerza, me atreví a imaginar que lo masturbaba y por mi cabeza pasaron Franco, Juan, Hernán y todos los chicos lindos y desconocidos que el 112 me prestaba por unas cuadras. La fantasía duró poco, mi represora interna remarcó lo bizarro de la escena '¿posta pajeás un bondi?'. Asiento libre, al fin; me senté, chau masturbación y catequistas enojadas.
Sentada junto a la ventana, encendí la super ocho mental de relaciones y reflexiones: 'wonder' significa maravillarse, preguntarse, asombro; 'one hit wonder' es un hit que la pega un día y luego desaparece. Si, puede tener que ver. Soy tan buena relacionando y buscando casualidades que de a ratos la Tana Ferro me cachetea y me doy asco. Jodorowsky y la boluda de Conny Mendez dicen que el robo no existe, que si lo roban no fue tuyo o fue un préstamo. Me prestaron las preguntas, el asombro, la duda, pero ahora ya está. Adiós a todo eso, supongo que llegó o está por llegar la acción.
Ahora que tipeo y sigo pensando, enumero todas las cosas buenas que pasaron después del 'robo'. No sé si el wondering terminó, pero el 'win some lose some' aplica a la perfección. A veces soy tan optimista que me doy miedo.








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