martes, 4 de mayo de 2010


El trágico final del Rey Arturo
De los gajes de la convivencia.


Me casé, podría decirse. Y mi ausentismo por estas tierras cibernéticas-literarias se debió a eso. Mi gran amiga y ahora concubina Clarita se vino para casa
la semana pasada y esto revolucionó mi última semana. Las cosas marchan viento en popa. Y una vez más parecería estarse cumpliendo una vieja frase materna, “mientras no compartas cama, la convivencia es posible”.
Clara es una muchacha serena y divina y por suerte tiene su propio cuarto en la casa, el cual, antes de su arribo, solía ser mi cuarto de amontonamiento de cosas inútiles pero que nostálgicamente deseaba conservar (como por ejemplo el traje de chica afro que usé para una coreo de danza en el que todas las bailarinas parecían muñequitas de porcelana en tutús mientras que en mi grupo parecíamos una tribu de africanitas sueltas)
Clara también tiene muchos amigos y de esos de confianza que vienen a verte y te visitan. Yo, más que contenta porque afortunadamente el entorno de personajes que frecuenta Clarita es de mi mejor sintonía y me gustan las visitas en casa. Y además, sé que dada una situación en quisiera estar sola siempre cuento con mi trinchera para ponerme a saltar como un saltamontes tan pronto un ataque de histeria mensual o felicidad se aproxime.
Hoy en particular rememoré a Julito Cortázar todo el día. Y les comentare por qué. Si alguno de ustedes tuvo el honor de leer “Un tal Lucas” podrá compartir la gracia y si no lo han leído también porque trataré de ser lo más sutil posible pero detallista a la vez.
No sé si ustedes serán del tipo de gente que usa metáforas absurdas y ultra rebuscadas y para evitar pronunciar la acción de HACER CACA. Porque parecería que la gente, o bien cuenta con un misterioso sistema digestivo auto-renovable que no precisa la evacuación para seguir funcionando o nunca hace la cacona. En fin, es un tópico ultra tabú que la mayoría esquiva como lo canta Calamaro: “pasemos a otro tema, no quiero hablar de eso”.
Por mi parte, hoy reflexionando descubrí que dicha situación esconde un trasfondo de momentos superlativamente graciosos e irrisorios que merecen ser contados.
Clarita, a sólo cuatro días se haberse mudado aquí conmigo ya lleva un registro de accidentes caseros en el que algún que otro vidrio salió herido. Si me permiten ser más precisa, hubo un día en el que por un lapso de apróximadamente 45 minutos rompió cual objeto o utensilio tocaba. Me asusté por un instante pero al parecer, su torpeza fue contagiosa y de repente mi forma de movilizarme se volvió brusca y comenzó a responder a destiempo de mis órdenes cerebrales. Por citar un ejemplo les puedo contar que abrí la heladera y, cual súper heroína, la botella de Sidra que estaba en el estante derecho inferior voló y cayó sobre el piso no sólo mojando todos nuestros hermosos mosaicos sino también inaugurando un hermoso aroma sidroso en todo el hogar. Por eso mismo, no hubo lugar a reclamos por incidentes. Con Clara de hecho estamos considerando lanzar una competencia de torpeza casera.

En el día de ayer, Clarita tuvo dos visitas: Diego y José. Ellos llegaron en mi ausencia por lo tanto los encontré al llegar a casa cerca del mediodía.
Diego ya es de confianza, si tuviera que definirlo en pocas palabras es el “tipo con la posta” porque hasta lo que conozco de él, es de esas personas que cuando emiten una palabra uno por dentro piensa ‘mirá que copado como razona este chabón, que mirada tan particular tiene sobre las cosas’ (o quizás uno no piensa todo eso literalmente pero sabe que el tipo sabe)
José por otro lado es hasta ahora el mayor exponente en cocina que alguna vez conocí (mamá no leas esto). Anoche se mandó el wok con fideos de arroz más suculento que jamás había probado. Es así que mi sistema digestivo al recibir y procesar un plato tan delicioso se encontró, de pronto, asombrado. Y el asombro se hizo notar.

Hace ya tiempo que afortunadamente no padezco constipación desde mi pseudo-ovolactovegetarianismo (lo de ‘pseudo’ refiere a mi rechazo por todas las carnes excepto la del pescado…disculpen amigos veganos pero honestamente no siento lástima alguna por el mundo marino) Pero debo admitir que fui víctima de un transito lento, pero lentísimo, como si dijéramos calle Oroño a las 12 del mediodía: congestión y embotellamiento extremo.
Como decía, mi falta de costumbre por la buena comida produjo una reacción en mí y el inodoro es testigo crucial. No se si fue Clarita o yo o ambas pero de alguna forma las cañerías se taparon. Y lamentablemente fui yo quien descubrió el desperfecto. Mientras Clarita estaba plácidamente escuchando música con sus dos amigos en su habitación que desgraciadamente está pegada al baño, yo era protagonista de una dura y delicada batalla.

¿Por qué la vida tiene que tornarse tan larga y dura cuando uno menos lo pronostica?
Mi batalla fue tan trágica como la vida misma del Rey Arturo. No recuerdo exactamente como fue que tal rey murió pero puedo asegurarles que jamás hubiera querido morir como lo hizo el Arturo a quien yo hago referencia: mutilado.
No sé si fue de tanto mirar Friends o de haber hecho rewind en la escena del baño de la película “Mi novia Polly” pero mis dotes de plomera de pronto salieron a la luz.“A falta de sopapa, útil es el baldazo” alguna vez me dijo mi madre. Y eso mismo intenté.


Splashhhh, (baldazo) Glu glu glu (inodoro tapado)
Splashhhh, Glu glu glu
Splashhhh, Glu glu glu
Splashhhh, Glu glu glu
Splashhhh, Glu glu glu

Cinco baldazos más tarde y conciente de la serenata y bochinche que había hecho luego de llenar tantos baldes y presionar tanto la sofocada cadena, consideré seriamente la última opción que tanto deseaba no aplicar: guillotina y mutilación.
Y ahí estaba yo. Omnipotente y soberbia parada frente al rey a quien por acuerdo conmigo misma, mi reputación y salubridad había decidido ejecutar. Dando una última mirada de despedida, procedí… lo apuñalé, salvaje y primitivamente. Sorprendida y orgullosa de mi misma al haber superado el desafío, volví a cargar otro balde.
Caray! Las ganas que tenía Arturo de vivir que varias puñaladas y una violenta cascada no fueron suficientes para que la correntada lograra tragarlo y extinguirlo. A eso llamo yo muralla! ( o digestivamente hablando, consecuencia de descomunal consumo de arroz) Arturo seguía firme, poniendo el pecho al baldazo.
Presa de la desesperación porque la situación no mejoraba, decidí ir por refuerzos. Salí del campo de batalla y busque refuerzos: mi querida concubina Clara, que una vez al tanto de la situación me hizo una sugerencia.

Clara:- “Uuuh…para mi habría que probar con soda cáustica. Eso lo va a disolver y hasta que arreglemos el problema de raíz nos va a zafar. Igual dejame pasar que me hago pis”

Yo:- “Uy, bueno… mirá que sigue ahí. Mandale saludos, jej” (risa incómoda)

Clara es tan comprensiva y tolerante que por suerte salió del campo de batalla ilesa e incluso comentando lo simpático que le cayó Arturo, que para ese entonces ya estaba fragmentado.
Respecto al resto de los presentes aquella tarde, sólo Diego realizó un breve y minúsculo chascarrillo resaltando la naturalidad del incidente. Y es cierto, a cualquier puede pasarle, o no?

Habiendo superado este desafío, el nivel de abstracción y relación de confianza con mi concubina se ha consolidado por completo. De ahora en más nos quedará contratar un profesional en el tema plomería e incluir más fibra y menos hidrato en nuestra dieta. Pero como Clarita estudia nutrición no creo que eso sea un problema.
Feliz de tener a mi amiga viviendo conmigo me despido, expectante por los comentarios que vendrán y las críticas que recibiré luego de haber expuesto y compartido lo sucedido en una tarde literalmente de mierda.




2 comentarios:

  1. Llegué hasta la mitad nomas. perdón!

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  2. Tal cual, a cualquiera le podria pasar.

    Yo por suerte hace mucho que no sufro un "transito lento" citando propagandas de Activia XD.

    Y a mi jamas se me habia ocurrido aquella masacre de mutilacion a "El Persona". Siempre se ha ido luego de unos 3 o 4 baldazos :P. Besos.

    PD: Francisco C. de PRAV 2do por si mi nick no me delata :P

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