Los
rostros hablan por si sólos. Los que ya conocen la movida de los
talleres creativos del Sr. Bregant se muestran ansiosos y
expectantes ante lo que pueda depararles la tarde. Los demás, fingen
entender que está sucediendo cuando en verdad están recordando a
aquellos que se les burlaron cuando dijeron que iban a un taller de
procesos creadores.
Sólo
una cosa es cierta: este taller es raro. Lisandro de repente empieza
a hablar de Freud y el sistema binario mientras una muchacha
fotografía a los asistentes que no paran de pedalear sobre bicis
fijas y preguntarse con qué se encontrarán a continuación.
Dos
ejercicios más tarde, el escenario cambia y con él las caras de los
participantes. Lisandro los lleva a un lujoso salón de piso de
parquet que encandila y quema fotos de tanto brillo. La incertidumbre
que vuelve a invadir el ambiente se transforma en total desconcierto
cuando la nueva consigna se da a conocer. Astutamente, los ejercicios
que él propone son tan abiertos que no reparan en especificaciones y
eso, por lo general, inquieta. Las posibilidades son tantas y la
libertad para ejecutarlos es tan amplia que asusta y se preguntan,
casi en tono de pedido, detalles que restrinjan un poco el asunto.
Lisandro empieza a saborear la victoria.
La
respuesta general es positiva. De a poco los temerosos empiezan a
soltarse, en parte estimulados por los osados que retrucan con
intervenciones cada vez más jugadas y creativas. Al fin y al cabo de
eso se trata el taller.
Los
ejercicios finales se realizan en grupo y ninguno zafa de mostrar el
resultado final. El formato es libre y Lisandro se moviliza con la
respuesta de cada uno sabiendo que, al menos por un rato, logró
inquietar a un puñado de personas que hoy se irán a casa con la
cabeza algo trastocada.
El
objetivo se cumple y de pronto Lisandro es rodeado por los más
trastocados que, obedeciendo a su curiosidad, se acercan con
preguntas y devoluciones.
Es
grato y necesario que existan espacios como los que propone este
señor, que promuevan la creación de contenido a partir del
extrañamiento y mirada ingenua que nos distancien de la realidad
hasta ver como 'cosos' todo lo que nos rodea. Y es aún mas rico que
esas ideas no respondan a parámetros establecidos ni se arrodillen
frente a altares morales sino que, por el contrario, sacudan y
escandalicen y se generen desde el movimiento y lo no-convencional. Sin duda, una nueva tendencia en gimnasia cerebral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario